DEMONOLOGIA

EURINOMIO, demonio

EURINOMIO

Príncipe de la muerte, dia­blo principal segun algunos demonómanos.

Tiene unos colmillos muy grandes y agudos, un cuerpo diforme y lleno de llagas; cubre sus fealdades con una piel de zorra. Añade Pausanias que se alimenta de cadáveres y de­más cuerpos muertos.

En el templo de Delfos había su estatua, con afilados dientes pareci­dos a los del carnívoro tigre pronto a lanzarse sobre su presa, sentada sobre una piel de car­nero.

DEMONOLOGIA

Invocaciones, Cornelius Agripa

INVOCACIONES

Agripa dice que para invocar al diablo y obligarle a aparecer se sirve de estas palabras mágicas:

Dies mies, jesquet benedo efet douvema enitemaus! 

Como estas palabras no son difíciles de pronunciar, es fácil de hacer la prueba.

Pero Pedro Lelo-yer dice que los que tienen pecas en la cara no pueden hacer venir los demonios aunque los invoquen. Véase Evocaciones y conjuros.

DEMONOLOGIA

FORNEO, demonio

FORNEO
Gran marqués infernal.
Pareci­do a un monstruo marino. Instruye al hombre en los más graves asuntos; hace bien a sus amigos y mal a sus enemigos.
Tiene en su po­der veintinueve legiones de tronos y ángeles.
DEMONOLOGIA

MEFISTOFELES, demonio de Fausto

MEFISTOFELES Demonio de Fausto.

Que se conoce por su fría estupidez, por su amargo sonreír insultante para el afligido y el feroz regocijo que muestra al aspecto del dolor; él es quien por medio del placer ataca a la vir­tud y hace despreciable el mejor talento.

Des­pués de Satanás es el jefe más terrible del infierno (1). Véase Fausto.

DEMONOLOGIA

Evocaciones

EVOCACIONES El que quiera evocar al diablo debe primeramente hacerle un sacrifi­cio de un perro, un gato y una gallina, con la condición de que estos tres animales han de ser propiedad suya: le jura después fidelidad y obediencia, cumpliendo al momento una penitencia marcada por el diablo en persona. Por este medio se adquiere el poder absoluto sobre los tres espíritus infernales, la tierra, el mar y el aire.

También se puede hacer venir al espíritu de las tinieblas leyendo una oración del libro májico con las competentes ceremonias. Pero desde que se presenta es necesario hacerle gra­cia de alguna cosa, aunque no sea más que un zapato, un cabello, una paja, etc. pues juega muy malas tretas; y cuando se le llama sin hacerle el presente de costumbre, tuerce el pescuezo al que le ha invocado.
Tenían dos caballeros malteses un esclavo que se vanagloriaba de poseer el secreto de evocar a los diablos y obligarles a que le descubriesen las cosas secretas. Condujéronle en cierta ocasión a un antiguo y arruinado casti­llo, en el que sospechaban que había un tesoro escondido desde la más remota antigüedad. Descendió el esclavo a un subterráneo, hizo sus ceremonias, y abriéndose una piedra des­cubrió un cofre, procuró apoderarse de él pe­ro en balde; cuando él se acercaba, el cofre desaparecía.
Desesperando por último de salir con bien de su empresa, fue a decirles a sus amos lo que ocurría, añadiendo que le dejasen un rato solo, para pensar en qué consistía aquel portento y que tuviesen la bondad de enviarle algunos licores para reponer al mismo tiempo sus fuerzas estenuadas: concediéronle cuanto pedía, y pasadas algunas horas, viendo que no salía del cuarto en que se había encerrado, fueron a ver lo que hacía; derribaron la puer­ta, y después de sentir un olor de azufre le encontraron tendido en la sala, muerto, con la cara vuelta a la espalda, y toda su carne achi­charrada. Viendo esto los caballeros se apre­suraron a mandarlo trasladar a la orilla del mar desde donde le precipitaron con una pie­dra atada al pescuezo.

Cuenta Muchemberg en la continuación del Argenis que el mágico Lepilis trataba con mucha dureza a los seres infernales, y hacía eri­zar los cabellos a los presentes cuando vocife-raba sus execrables evocaciones. Divinidad nocturnas, exclamaba, apresuraos a compare­cer ante mí; temed ofender estos cabellos canos y esta vara, porque bien pronto os arrepen­tiríais de vuestra tardanza. Ya os lo advier antes; obedecedme al momento, de otro modo haré penetrar la luz del día en vuestras te­nebrosas regiones, os desalojaré de todas ella;. os destituiré de todo poder, y os perseguire en el fuego, en los panteones, os arrojaré de los sepulcros, y no permitiré ni aún a los de­siertos de la Tebaida prestaros asilo en su soledad. Y tú, arbitro de los infiernos, si me temes manda a tus espíritus, ordena a las fu­rias, obliga a algunos seres a comparecer: arrójalos de tus dominios a puntapiés, y no permitas que interrumpa otra vez el silencio en que yacen por las más terribles amena­zas”. Y aunque no fuere más que porque de­jase de proferir tales blasfemias, su demanda le era otorgada; al cabo de algunos segundo; se dejaba oír un ruido sordo que se acrecen­taba por momentos, y por último se veía la es­tancia del májico invadida por una legión de espíritus malignos que casi siempre eran invisibles para las personas que alli se encontraban, los Diablos tienen la mania de no dejarse ver mas que por aquellos que lo llaman, y ni aun los que profesan la fe de Mahoma, y demas religiones pueden verlo, lo que nosotros no dudaremos, pues ellos mismos nos lo confiesan.

No pudiendo san Macario convertir a un hereje, le dijo: vamos, pues, a un sepulcro y que nos instruya un difunto de la verdad que no queréis creer; rehusó el infiel, y san Macario se dirigió a la iglesia donde evocó un muerto; éste le contestó que si el hereje se encontraba allí, el mismo se hubiera levantado para convencerle; ordenó después el santo que durmiese hasta el día del juicio final. El mis-

 

mo evocó en otra ocasión un esqueleto que le dijo que los malos, y aun los mismos here­jes tenían algún consuelo en ver inmutarse a los buenos al observar los horrorosos marti­rios que les hacían sufrir en el infierno.
Lactancio reprocha a los filósofos Demócra­tas, Epicúreo y Dicearco, que negaban la in­mortalidad del alma, diciéndoles que no se hubieran atrevido a sostener su opinión ante un mágico que por el secreto de su arte y encantos tuviera el poder de obligar a las al­mas del mismo infierno a comparecer, y ha­cerlas hablar prediciéndoles el porvenir.
Modo de evocar los espíritus. Para hacer aparecer a un espíritu se necesita primero sa­ber su nombre y sus prerogativas, tener lim­pia la conciencia desde tres o cuatro días a lo menos; hacer un círculo con el meñique de la mano izquierda en la arena, y penetrarse bien de lo que se va a hacer. Después con voz fer­vorosa se recitará la siguiente fórmula de evo­cación.
“En nombre de Nuestro Señor Jesu-Cristo, Padre, Hijo y Espíritu-Santo, solo un Dios en esencia y Trino en persona, yo te evoco, es­píritu (se le nombra) para que seas mi ayuda, mi apoyo, protejas mi cuerpo, ampares mi al­ma, y acrecientes mis riquezas. Por la virtud de la Santa Cruz, de la pasión y muerte del Todo poderoso; yo te requiero por todos los Santos de la corte celestial, por los padeci­mientos de la bienaventurada siempre Virgen María, y por el santo nombre de su hijo Señor de los ejércitos que ha de juzgar a los vivos y a los muertos. Tú que eres alpha y omega rey de los monarcas, emperador de los reyes Joth, Aglanabath, Elabiel Anathi, Enathiel, Amazin, Sedómel, Gayes, Tolima, Elias, Ischiros, Athanater, Imas, Keli, Mesías, por todos esos re­verenciados nombres que he proferido, y pol­los que no, yo te invoco, te suplico, Señor Dios mío, por vuestro nacimiento, bautismo, pasión y muerte, por vuestra preciosa sangre que derramasteis por salvar al pecador, os adoro, os bendigo, y ruego os digneis aceptar mis votos”.

Tal es la forma bárbara empleada por el idiotismo en otros tiempos para alucinar al ignorante vulgo. Parece imposible que hayan sido realidad tantas ruindades y sandeces.
DEMONOLOGIA

EMPUSIO, demonio

EMPUSIO Especie de demonio del me­diodía que Arcitofanes, en su comedia de las Ranas, representa como un horrible espectro, que toma las formas de perro, de mujer, de buey, de vívora, etc; cuya mirada es aterra­dora, que tiene un pie de asno y otro de cobre, una llama en derredor de la cabeza, y que no desea más que hacer mal.

Los labradores griegos y rusos, que han conservado ideas populares, tiemblan en el tiempo de la cosecha y de la siega al pensar tan solo en el Empusio, que según ellos dicen, rompe los brazos y las piernas a los segado­res y labradores sino se liechan al suelo boca abajo luego que le ven.

Díccse también en Rusia que el Empusio y los demonios del mediodía, que están someti­dos a esta horrorosa fantasma, recorren algu­nas veces las calles en traje de viudas, y rom­pen los brazos a los que se atreven a mirarlas cara a cara.

El modo de conjurar y hacerse obedecer del Empusio entre los antiguos, era decirles mil injurias cada cual a su modo.

Vasco de Gama, citado por Leloyer (1), re­fiere que en la ciudad de Calicut hay un tem­plo consagrado a los demonios, los cuales son de la especie de los Empusios. Nadie osa en­trar en él, sobretodo el miércoles, hasta pasa­do el mediodía; pues el que entrase antes de esta hora moriría en el mismo instante.

Epicharmes dice que el famoso Empusio to­ma todas las formas que quiere; que se le ha visto, ya como un árbol, enseguida como un buey, luego bajo la figura de una mosca, y en fin como una hermosa mujer, pero andan­do siempre sobre el pie derecho, pues el otro lo tiene de cobre y hecho como el de un asno.

BIZARRO, MONSTRUOSIDADES

AMBROISE PARE, De los monstruos voladores…

ESTE pájaro es llamado avestruz, y es la mayor de las aves, teniendo características semejantes a las de los cuadrúpedos . Es muy común en África y en Etiopía y no abandona la tierra para remontarse, aunque aventaja en rapidez a un caballo; es un milagro de la Naturaleza, el hecho de que este animal digiera indistintamente cualquier cosa. Sus huevos son de tamaño prodigioso, hasta el punto de que con ellos se hacen recipientes; su plumaje es bellísimo, como cualquiera puede ver y reconocer en este retrato

 

 

 

 

No quiero silenciar los extraordinarios rasgos que descubrí en lo tocante a los huesos del avestruz. El difunto rev Carlos mandó criar tres en la residencia del señor mariscal de Retz; al morir uno de ellos, me fue entregado y monté su esqueleto, cuya imagen he querido insertar aquí con su descripción [Fig, 70].

A.     La cabeza es un poco más voluminosa que la de la grulla, de una cuarta de largo desde la parte superior hasta el pico; es plana, con el pico hendido hasta la mitad del ojo más o menos, y aquél algo redondeado en su extremo.
B.     El cuello tiene tres pies de longitud y está compuesto por diecisiete vértebras, que tienen a cada lado una apófisis transversal orientada hacia abajo, de una pulgada amplia de largo, salvo que la primera y la segunda junto a la cabeza carecen de ella y están unidas por una articulación.
C.     La espalda, de un pie de largo, está compuesta por siete vértebras.
D.     El hueso sacro mide dos pies.más o menos de longitud, \ en su pane superior hav una apófisis transversal, bajo la que existe un gran orificio (E), y luego otros tres menores (F, G, H); a continuación de éstos, está el alojamiento donde encaja el hueso del muslo (I), saliendo de su parte externa lateral un hueso perforado (K) al principio, y unido a continuación; después, este hueso se bifurca: una de las ramas es más gruesa (L), y la otra menor (M), midiendo cada una medio pie y cuatro dedos de largo. Luego se unen, y, entre el punto en que se bifurcan y el lugar en que se juntan, hay un hueco de cuatro dedos de ancho (N) y más de una cuarta de largo; el resto del hueso tiene la forma de una hoz, o de un cuchillo curvo, con una anchura de tres dedos atravesados y una longitud de seis pulgadas (O), uniéndose en el estremo mediante un cartílago. P. El hueso de la cola tiene nueve vértebras parecidas a las del hombre. Kn el muslo hay dos huesos, de los que el primero (Q), el fémur, tiene holgadamente un pie de largo y el espesor del de un caballo, y más. R. El otro, que le sigue, mide un pie y medio de largo y tiene arriba una pequeña pieza afilada de la longitud del hueso, que va aguzándose hacia abajo.
S. La pierna, a la que va unido el pie, mide un pie y medio de largo, y tiene en su extremidad dos garras, una grande y otra pequeña; en cada garra hay tres huesos. T. Ocho costillas se insertan en el hueso esternón; a cada lado, las tres de en medio tienen una excrecencia ósea que se parece a un garfio. V. El hueso esternón es una pieza de un pie. de tamaño y de forma de escudo, al que se une un hueso que cabalga sobre las tres primeras costillas, y que hace las veces de clavículas. X. El primer hueso del ala mide un pie y medio de largo. Y. Por debajo de él hay otros dos huesos que se asemejan al radio y al cubito, a cuyos extremos se acoplan seis huesos (Z), que constituyen la punta del ala.
El animal entero mide siete pies de largo y más de siete de alto, partiendo del pico y terminando en los pies.
Tiene otros varios aspectos notables, que omito por brevedad.
Thevet, en su Cosmografía, dice haber visto en las nuevas tierras un ave que los salvajes llaman en su jerga tucán, muy monstruosa y deforme, ya que tiene el pico mis grueso y más largo que todo el resto del cuerpo. Vive de pimienta, igual que nuestros tordos, mirlos v estorninos lo hacen aquí de semillas de hiedra, que no son menos ardientes que la pimienta. Un caballero de Provcnza regaló un tucán al
difunto rev Carlos IX, pero no pudo hacerlo vivo, pues al traerlo murió el pájaro, y, no obstante, se lo presentó al rey; éste, después de haberlo visto, ordenó al señor mariscal de Retz que me lo entregara para disecarlo y embalsamarlo, con el fin de conservarlo mejor, pero al cabo de muy poco tiempo se pudrió. Por el tamaño y el plumaje, era semejante a un cuervo, salvo que el pico era mayor que el resto de su cuerpo, de color amarillento, transparente, muy ligero y dentado a la manera de una sierra, l.o conservo como algo casi monstruoso, y aquí tienes representada su imagen [Fig. 71].

 

 

 

 

 

 

 

Hierosme Cardan, en sus libros de la Sutilidad, dice que en las islas Molucas se encuentra, en tierra o en la mar, un pájaro muerto llamado Manucodiata, que significa en lengua índica ave de Dios , y al que no puede verse con vida. Vive muv alto en los aires, v su pico y su cuerpo recuerdan a la golondrina, pero con el adorno de diversas plumas; las que se hallan en la cabeza son semejantes a oro puro, y las del buche a las plumas de una pava. No tiene patas, y si le asalta el cansancio, o bien desea dormir, se cuelga de las plumas, enroscándolas a la rama de algún árbol. Vuela a portentosa velocidad y sólo se alimenta de aire y de rocío. El macho tiene una cavidad en la espalda, donde la hembra incuba sus polluelos. He visto uno en esta ciudad, que regalaron al difunto rev Carlos IX; también conservo uno en mi gabinete, que me dieron como algo excelente (Fig. 72).

 

DEMONOLOGIA

Ambroise Paré

No hay motivos para sorprenderse de­ que Ambroise Paré (1509-1590), hombre del Renacimiento, autodidacta, cirujano curtido en cien campos de batalla, médico de vanos reyes y miembro del Colegio de San Cosme (a pesar de las críticas de sus doctos colegas), aplique su a veces ingenua curiosidad a un campo que no es el suyo en sentido estricto. La edición de 1575 de su libro de monstruos humanos y animales, de falsos mendigos y curiosidades celestes, suscitó la ira de la Facultad de Medicina y una auténtica querella por atentado contra las buenas costumbres. Interesado por temas siempre actuales como el hermafroditismo y lo demoníaco, los misterios de la naturaleza y los del hombre, se enfrenta a ellos con una fascinación que no le impide recordar el objetivo científico de susanálisis, aun bajo la creencia platónica de que lo prodigioso fue antaño lo real.

DEMONOLOGIA

KELEN y NISROCH, demonio

KELEN y NISROCH

Demonios a quienes los demonógrafos hacen presidir a los amores ilícitos, a los desórdenes y a las orgías.

DEMONOLOGIA

Kobal, demonio

KOBAL

Demonio pérfido, que muerde riendo.

Es director general de los teatros del infierno y patrón de los comediantes.