Category: DEMONOLOGIA
GAZIEL, demonio
ANTONIO, gran Diablo
LAS LETANÍAS DE SATAN, Charles Baudelaire
LETANÍAS DE LA JUNTA DE BRUJOS
EURINOMIO, demonio
Príncipe de la muerte, diablo principal segun algunos demonómanos.
Tiene unos colmillos muy grandes y agudos, un cuerpo diforme y lleno de llagas; cubre sus fealdades con una piel de zorra. Añade Pausanias que se alimenta de cadáveres y demás cuerpos muertos.
En el templo de Delfos había su estatua, con afilados dientes parecidos a los del carnívoro tigre pronto a lanzarse sobre su presa, sentada sobre una piel de carnero.
Invocaciones, Cornelius Agripa
Agripa dice que para invocar al diablo y obligarle a aparecer se sirve de estas palabras mágicas:
Dies mies, jesquet benedo efet douvema enitemaus!
Como estas palabras no son difíciles de pronunciar, es fácil de hacer la prueba.
Pero Pedro Lelo-yer dice que los que tienen pecas en la cara no pueden hacer venir los demonios aunque los invoquen. Véase Evocaciones y conjuros.
FORNEO, demonio
MEFISTOFELES, demonio de Fausto
MEFISTOFELES Demonio de Fausto.
Que se conoce por su fría estupidez, por su amargo sonreír insultante para el afligido y el feroz regocijo que muestra al aspecto del dolor; él es quien por medio del placer ataca a la virtud y hace despreciable el mejor talento.
Después de Satanás es el jefe más terrible del infierno (1). Véase Fausto.
Evocaciones
EVOCACIONES El que quiera evocar al diablo debe primeramente hacerle un sacrificio de un perro, un gato y una gallina, con la condición de que estos tres animales han de ser propiedad suya: le jura después fidelidad y obediencia, cumpliendo al momento una penitencia marcada por el diablo en persona. Por este medio se adquiere el poder absoluto sobre los tres espíritus infernales, la tierra, el mar y el aire.
Cuenta Muchemberg en la continuación del Argenis que el mágico Lepilis trataba con mucha dureza a los seres infernales, y hacía erizar los cabellos a los presentes cuando vocife-raba sus execrables evocaciones. Divinidad nocturnas, exclamaba, apresuraos a comparecer ante mí; temed ofender estos cabellos canos y esta vara, porque bien pronto os arrepentiríais de vuestra tardanza. Ya os lo advier antes; obedecedme al momento, de otro modo haré penetrar la luz del día en vuestras tenebrosas regiones, os desalojaré de todas ella;. os destituiré de todo poder, y os perseguire en el fuego, en los panteones, os arrojaré de los sepulcros, y no permitiré ni aún a los desiertos de la Tebaida prestaros asilo en su soledad. Y tú, arbitro de los infiernos, si me temes manda a tus espíritus, ordena a las furias, obliga a algunos seres a comparecer: arrójalos de tus dominios a puntapiés, y no permitas que interrumpa otra vez el silencio en que yacen por las más terribles amenazas”. Y aunque no fuere más que porque dejase de proferir tales blasfemias, su demanda le era otorgada; al cabo de algunos segundo; se dejaba oír un ruido sordo que se acrecentaba por momentos, y por último se veía la estancia del májico invadida por una legión de espíritus malignos que casi siempre eran invisibles para las personas que alli se encontraban, los Diablos tienen la mania de no dejarse ver mas que por aquellos que lo llaman, y ni aun los que profesan la fe de Mahoma, y demas religiones pueden verlo, lo que nosotros no dudaremos, pues ellos mismos nos lo confiesan.
No pudiendo san Macario convertir a un hereje, le dijo: vamos, pues, a un sepulcro y que nos instruya un difunto de la verdad que no queréis creer; rehusó el infiel, y san Macario se dirigió a la iglesia donde evocó un muerto; éste le contestó que si el hereje se encontraba allí, el mismo se hubiera levantado para convencerle; ordenó después el santo que durmiese hasta el día del juicio final. El mis-