CRANOLOGIA Arte de juzgar a los hombres por las prominencias del cráneo. Se ha sostenido hasta ahora que el alma tiene su asiento en el cerebro y todas las observaciones confirman la exactitud de esta aserción. En toda la escala de la creación, la masa del cerebro y de los nervios aumenta en razón de la capacidad por una proeminencia más o menos elevada. La graduación tiene lugar hasta en el hombre; que entre todos los seres creados, es susceptible del más alto grado de nobleza, y al cual la naturaleza ha dado el más perfecto y proporcionalmente el más grande cerebro.
En el hombre, así como en los animales, se le hallan disposiciones innatas. La historia nos ofrece un gran número de hombres célebres, que desde sus más tiernos años han tenido una decidida inclinación para tal arte o tal ciencia. La mayor parte de los grandes pintores y poetas más dintinguidos, se han dedicado a las bellas artes, por esa inclinación que la naturaleza da a sus favorecidos, y se han adquirido una fama eterna, apesar de sus padres.
Verdad es que estas disposiciones pueden ser desarrolladas y perfeccionadas por la educación; pero esta no las da jamás, porque las primeras señales de estos singulares y distinguidos talentos empiezan a desarrollarse cuando los niños no son susceptibles de lo que propiamente se llama instrucción. Preciso es pues convenir aquí, que tan señalados talentos deben ser innatos. No otra cosa sucede en el reino animal: todas las especies de animales tienen inclinaciones que les son propias; y la crueldad del tigre, la industria del castor, la habilidad del elefante, son propias a cada individuo de estas especies, salvo algunas variaciones accidentales. Por lo mismo, que hay en los hombres y en los animales disposiciones innatas, existen otros tantos órganos reunidos y colocados unos cerca de otros en el cerebro que es el móvil de las funciones superiores de la vida animal; y estos órganos se señalan en la superficie del cerebro por medio de protuberancias.
Cuando más grandes son estas, mayores disposiciones deben esperarse. Estos órganos, señalados en la superficie del cerebro, producen también algunas prominencias en la superficie exterior del cráneo. Esta aserción se funda en que el cráneo, que encierra el cerebro está construído y formado desde su primera existencia en el seno maternal, hasta la edad más avanzada; y que por consiguiente las impresiones de la superficie interior deben igualmente manifestarse en la tapa exterior del cráneo.
Sin embargo, esta tesis no puede aplicarse sino a los cerebros sanos, pues generalmente las enfermedades pueden formar muchas excepciones.
El instinto de la propagación se manifiesta por dos eminencias colocadas detrás de la oreja, sobre el cuello. Este órgano es más marcado en los machos que en las hembras.
El amor de los hijos está en la más estrecha unión con el deseo de tenerlos; así es que el órgano que lo da, está situado cerca del que anuncia el instinto de la propagación. Muestráse por medio de dos eminencias sensibles, colocadas de la cabeza, sobre la nuca; donde termina el hoyo del cuello. Este órgano es más fuerte en las hembras que en los machos; y si se comparan los cráneos de 1 animales, se hallará mas marcado en el de mono que en el de cualquier otro.
El órgano de la amistad y de la fidelidad está colocado cerca del de los hijos, y se ma• nifiesta por los dos lados, por dos protuberancias redondas, dirigidas hacia la oreja. Háliase en los perros, sobre todo en el de aguas y en el zarcero.
El órgano del humor pendenciero se manifiesta en cada lado por una protuberancia medio globular, detrás y sobre la oreja. Se ve bien señalada en los quimeristas.
El órgano del asesinato es una prominencia situada en cada lado sobre el del humor pendenciero, adelantándose hacia la sien. Se ve muy bien en los animales carniceros y en los asesinos.
El órgano del artificio se manifiesta por medio de una protuberancia colocada sobre el conducto exterior del oído, entre las sienes y el órgano del asesinato. Se halla en los pica. ros, en los hipócritas, y además en los gene. rales sabios, en los ministros prudentes, y en los autores de novelas o de comedias, que conducen con destreza las intrigas de sus ficciones.
El órgano del robo es una protuberancia situada en lo alto de las sienes, de modo ¿me forma un triángulo con la extremidad del ojo y la base de la oreja, se halla muy marcado en los ladrones y en algunos animales; sobre todo en la cabeza de la urraca.
El órgano de las artes forma una curva de lado del hueso frontal, debajo del órgano del robo. Se manifiesta particularmente en el cráneo de Rafael.
El órgano de los tonos y de la música se expresa por medio de una prominencia, en cada ángulo de la frente, debajo del de las artes. Hállase en los cráneos del papagayo, del ave fría, del cuervo, y de todos los pájaros machos cantantes; y no en los de los hombres que carecen de este sentido, y oyen la música con repugnancia. Este órgano es de un tamaño muy sensible en los grandes músicos como Mozart, Gluck, Haydn, Viotti, Paer, etc.
El órgano de la educación se manifiesta por una protuberancia en el extremo de la frente, sobre la raíz de la naríz, entre las dos cejas. Los animales que tienen el cráneo recto desde el colodrillo hasta los ojos, tales como el tejón, son incapaces de toda educación; este órgano se desarrolla sensiblemente en la zorra, el lebrel, el perro de aguas, el elefante, y el orangután, cuyo cráneo se asemeja más a las cabezas humanas mal organizadas. El lugar supremo ocupa el cráneo del hombre bien y noblemente constituído.
El órgano del sentido de la razón se muestra exteriormente por medio de dos prominencias que se hallan en el extremo superior del origen de la naríz, junto al hueso interior de las cejas. Generalmente indica la capacidad de concebir las distancias, la inclinación para todas las ciencias y artes en las cuales es preciso observar, medir y establecer razones de espacio: por ejemplo la afición a la geografía. Todos los más distinguidos viajeros tienen este órgano muy señalado como lo prueban los bustos de Colón, Cook, y otros muchos. Háliase también en los animales errantes, y en todas las aves de paso más o menos distinto, según el término más o menos lejano de su emigración; pero sobre todo es muy sensible en el cráneo de la cigüeña. Por medio de la disposición de este órgano esta ave halla otra vez el paraje donde se había detenido el año anterior; y lo mismo que la golondrina, hace todos los años su nido en la misma chimenea.
El órgano del sentido de los colores forma de cada lado una protuberancia entre el arco de las cejas, inmediatamente al lado del sentido de la razón. Cuando está extremadamente marcado forma un arco particular. Por esto los pintores tienen siempre el rostro jovial, y más alegre que los demás hombres, porque sus cejas son más arqueadas. Este órgano produce la pasión por las flores y la inclinación de alegrar la vista por la diversidad de colores que estas ofrecen. Si está unido con el sentido de la razón, forma el pintor de paisajes. Al parecer este sentido falta a todos los animales, y su sensibilidad en razón a algunos colores, no proviene sino de la irritación de los ojos.
El órgano del sentido de los números está igualmente colocado sobre la cavidad de los ojos, al lado del de los colores, en el ángulo exterior del hueso de los ojos. Cuando existe hasta el último grado, se levanta hacia las sienes una hinchazón que hace parecer cuadrada la cabeza. Este órgano es extremadamente marcado en el busto de Newton, y generalmente es muy visible en los grandes matemáticos. De ordinario se halla también en las cabezas de los astrólogos unido al órgano del sentido de la razón.
El órgano de la memoria tiene su asiento sobre la parte superior y posterior de la cavidad de los ojos, a los cuales aprieta hacia abajo y hacia a fuera. Muchos autores célebres tienen los ojos salientes, por la disposición de este órgano.
El sentido de la meditación se manifiesta por una hinchazón del cráneo, cerca de una media pulgada debajo del extremo superior de la frente. Se ve bien señalado en el busto de Sócrates y de otros profundos sabios.
El órgano de la perspicacia se muestra por medio de una hinchazón oblonga en medio de la frente.
El órgano del talento se manifiesta por dos protuberancias semicirculares, colocadas debajo del órgano de la meditación, y separadas por el de la perspicacia. Hállese en Cervantes, Voltaire, Wieland, etc.
El órgano de la honradez es una elevación oblonga, que saliendo de la encorvadura de la frente se dirige hacia el vértice de la cabeza, sobre el órgano de la perspicacia. De ordinario se encuentra en el carnero, en el corzo, y en muchas razas de perros.
El órgano de la piedad verdadera o falsa se manifiesta por una hinchazón, sobre el de la honradez. Se ve muy marcado en las gentes superticiosas.
El órgano del orgullo y de la soberbia es una prominencia oval, en lo alto del colodrillo.
El órgano de la ambición y de la vanidad se manifiesta por medio de dos prominencias en el vértice de la cabeza, y separadas por el órgano de la soberbia.
El órgano de la prudencia son dos prominencias situadas al lado de las de la ambición sobre los ángulos posteriores del cráneo.
En fin, el órgano de la constancia y de la firmeza se manifiesta por una protuberancia detrás de la cabeza, debajo del órgano del orgullo.
Este seductor sistema del doctor Gall ha tenido numerosos partidarios; pero no menos enemigos. Algunos lo han comparado a los desvaríos de varios fisonomistas, aunque a la verdad merece algún tanto más de respeto, pues tiene un fundamento menos imaginario. Mil veces se ha visto al grande hombre parecerse al hombre ordinario por las facciones de la cara, y jamás el cráneo del genio se asemeja al del idiota. Tal vez el doctor Gall ha querido llevar demasiado lejos su doctrina; y puédese engañar dando reglas invariables sobre cosas que no siempre son constantes.
Un sabio ha sostenido contra el sentido del doctor Gall, que las inclinaciones innatas no existan en las prominencias del cráneo, pues que tan solo dependería entonces de las comadres el desfigurar a los niños, y hacerles desde su nacimiento muy necios o muy sabios; pero el doctor Gall encuentra esta objeción digna de risa, porque aun cuando se apretase el cráneo en un paraje donde se halla un órgano preciso, comprimido este se restablecería poco a poco el mismo; y además porque el cerebro resiste a toda presión exterior, por la elasticidad de las tiernas fibras, y después de largo tiempo que ha sido aplastado, hace una represión suficiente.
Sin embargo, Blumenbach escribe que los caribes oprimen el cráneo de sus hijos con una cierta máquina, y dan a la cabeza la forma propia de esta raza. Los naturalistas colo. can también las cualidades del ánimo, no en las prominencias sino en la configuración del cráneo; y algunos pretenden que un bofetón o una pequeña opresión en el cráneo de Corneille en el acto de su nacimiento, hubiera podido hacer de él un mentecato. Véase muchas personas que pierden la razón o la memoria por un golpe recibido en la cabeza: y la mayor parte de los hijos de los desgracia. dos no tienen un entendimiento tan limitado sino a causa de los golpes que reciben desde su más tierna infancia; pues que los que son educados con más dulzura, tienen por lo co- mún más talento natural.
Además, el doctor Federé habla en su Medicina legal, de ladrones y de locos, en cuyo cráneo no se han notado las protuberancias del robo, ni de la locura.
Category: DEMONOLOGIA
Romwe, demonio
CAACRINOLAAS
CAACRINOLAAS Llamado también Bassimo ar Glasya.
Gran presidente de los infiernos.
Muéstrase bajo la forma de un perro con dos alas de grifo. Enseña el conocimiento de las artes liberales y, por contraste, inspira los homicidios.
Dícese que presagia muy bien lo futuro y hace invisible al hombre. Treinta y seis legiones le obedecen (1).
Berito o Berith, Demonio
BERITO O BERITH Duque de los infiernos, grande y terrible, conocido bajo tres nombres diferentes, pues algunos le llaman Beal, los judíos Berito y los nigrománticos Bolfri. Muéstrase bajo las facciones de un joven soldado vestido de encarnado de los pies a la cabeza, montado sobre un caballo del mismo color, llevando en la frente una corona. Responde sobre lo pasado, lo presente y lo futuro. Hácese uno dueño de él por medio de los anillos mágicos, pero no se debe olvidar que miente muchas veces. Tiene el talento de cambiar todos los metales en oro, por lo que se le mira como al demonio de los alquimistas; da dignidades; hace clara y sonora la voz de los cantores, y tiene a sus órdenes veintiséis legiones.
Era el ídolo de los sichenitas, y quizás es el Beruth de Sanchoniaton, que algunos doctos creían ser Palas o Diana. El autor del Sólido tesoro del pequeño Alberto, cuenta de Berito una aventura que haría creer que este demonio no es más que un duende o un trasgo, si no fuese el mismo Berito.
Me encontré, dice, en un castillo donde se manifestaba un espíritu familiar que seis años hacía, había tomado a su cargo arreglar el reloj y limpiar los caballos. Movióme la curiosidad una mañana de examinar este arreglo, y mi admiración fue grande cuando vi correr la almohaza por las crines del caballo sin ser conducida por ninguna mano visible; el palafrenero me dijo que se había atraído aquel duende a su servicio, tomando una gallinita negra que había degollado en una encrucijada; que con la sangre de la gallina escribió en un pequeño pedazo de papel: “Be-rito cumplirá mis obligaciones durante veinte años y yo le recompensaré.” Que habiendo enterrado la gallina a un pie de profundidad, el mismo día el duende tomó a su cuidado el reloj y los caballos, y de cuando en cuando le recogía gangas que le valían algo…
El historiador parece creer que este duende era una mandrágora, pero los cabalistas no ven en ello otra cosa que una sílfida.
Crimenes demoniacos
Crímenes demoníacos
La abominable persecución de brujos Tu debe hacernos perder de vista que también se cometieron verdaderos crímenes en nombre del Diablo. Sin embargo, sólo fueron obra de sádicos o sacerdotes indignos que apenas tenían con qué vivir. El «caso de los venenos» tuvo al me nos la virtud de revelar, entre otras, la actuación del padre Guibourg, que sacrificaba recién naci dos al Maligno para satisfacer la ambición de una amante del rey:
«Guibourg —señala el informe del interroga torio de la hija de la Voisin— ha bautizado a un niño en el seno de su madre, una muchacha a quien Lepére hizo abortar, y ha visto cómo se cocían en el horno tres o cuatro niños. Un bebé al parecer prematuro, fue presentado durante la misa de madame de Montespan, por orden de su madre, y Guibourg lo metió en una palangana lo degolló, vertió su sangre en el cáliz y la consagró junto con la hostia. Acabada la misa, ordenó que se extrajeran las entrañas del pequeño y se las entregó a la madre Voisin, quien las llevó al día siguiente a casa de Dumesnil, para destilar la sangre y la hostia en una vasija de cristal que se entregó a madame de Montespan. En cuanto al cuerpo del niño, la madre Voisin lo coció en el horno. Laporte vio sacrificar al niño, y habla de lo que hizo Guibourg con la Des Oeillets y el mylord inglés, de las inmundicias en el cáliz, de los polvos… Lo metió todo en una caja de metal blanco y se la entregó, junto con un paquete que contenía unos polvos, al mylord inglés…» (F. Ravaison, Archives de la Bastille, t. VI). 1
Cuando el ardor amoroso de Luis XIV disminuía, la Montespan recurría a aquella pandilla de asesinos; les ofrecía su generosa grupa a moda de altar y respondía sin inmutarse al ritual de la misa negra. En una nota mordaz acerca del poder y la pretendida razón de Estado invocada para tapar el escándalo, La Reynie escribe:
«En la Bastilla y Vincenness hay ciento cuarenta y siete presos, de todos ellos, no hay uno solo contra el que no se hayan presentado cargos considerables por envenenamiento o comercio con venenos, y por sacrilegios e impiedad. La mayor parte de estos crímenes quedan impunes.
»La Trianon, una mujer abominable por la índole de sus crímenes, por comerciar con venenos, no puede ser juzgada…
»Tampoco se puede juzgar a la señora Chapelain a causa de la Filastre, con quien tuvo un careo…
»Guibourg, ese hombre que no puede ser comparado con ningún otro en cuanto al número de envenenamientos, al comercio con venenos, los maleficios, sacrilegios y demás actos impíos; ese hombre que conoce a todos los criminales y es conocido por ellos, es culpable de numerosos crímenes horrendos, que ha degollado y sacrificado a varios niños; ese hombre que, además de los sacrilegios de los que es culpable, confiesa abominaciones inconcebibles, como haber atentado con métodos diabólicos contra la vida del rey; ese hombre de quien a diario sabemos cosas nuevas y execrables, que está cargado de acusaciones y crímenes de lesa majestad divina y humana…, ese Guibourg facilitará, además, la impunidad de otros criminales.
»Su concubina, la llamada Chanfrain, culpable con él de la inmolación de algunos niños, que ha participado en algunos de los sacrificios efectuados por Guibourg y que, según las apariencias y tal como se ha desarrollado el proceso, era el infame altar sobre el que él llevaba cabo sus abominaciones, quedará también impune…»
Este informe demuestra que, en determinados casos, los poderes monárquico y religioso podían llegar a establecer un pacto para evitar un escándalo que implicaba a muchas personas influyentes. Individualmente, los sacerdotes culpables de infamias, sacrilegios o asesinatos no tenían ninguna posibilidad de escapar a una ejecución pública cuando eran denunciados por la voz popular o burguesa. Pero no sucedía lo mismo con la corte o con el rey, cuyo trono quedó salpicado por el «proceso de los venenos».
Acusados de haberse entregado a la sodomía divina, Picart y Boullé fueron a la hoguera sin que mediara ningún proceso. Gauffridi sufrió la misma suerte por haber realizado un encantamiento. Y Grandier pereció por haber poseído supuestamente a una penitente en su iglesia. No se bromeaba con los iconoclastas, ni siquiera cuando estaban ebrios. En 1418, un soldado que salía de una taberna donde había perdido todo su dinero jugando, tuvo la lamentable ocurrencia de asestar una puñalada a una imagen de la Virgen situada en la zona de Saint-Martin-des-Champs. Según la leyenda, de la herida manó sangre en abundancia, y el soldado fue quemado vivo por sacrílego y blasfemo. En general, los judíos, ya sospechosos de cometer asesinatos de niños cristianos, eran acusados de este tipo de crímenes. Un judío del Hainaut, por dar cinco lanzadas (¡nos preguntamos por qué razón!) a la estatua de Notre-Dame de Cambron, fue sometido a tortura y, a continuación, liberado. Entonces, un ángel se le apareció en sueños a un anciano herrero enfermo y le pidió que vengara a la Virgen. Tras un duelo judicial —por estar el honor del cielo en juego—, el judío fue apaleado y atado a la cola de un caballo, que lo arrastró hasta el lugar del suplicio; murió quemado cabeza abajo entre dos perros. Una serie de estampas populares de principios del siglo XVII, reproducida en el Museo Criminal de Varennes y Troimaux, representa en ocho cuadros la evolución de este caso, que se remonta al año 1326.
Por la misma época en que aparecían estas estampas, se publicaban numerosas obras ilustradas acerca de supuestas compras de hostias por parte de los judíos, que querían disfrutar del placer de atravesarlas. ¡Imagínese por un momento el horror del delito! ¡El crimen de lesa majestad cometido sobre el cuerpo de Cristo! Se asistió a una especie de renacimiento de la persecución, basada en acontecimientos antiguos —acaecidos en 1290y en la ignorancia de la gente respecto a la coloración que el pan húmedo adquiere por la acción de la monas prodigiosa, un microbio de la harina. Si hemos de creer lo que se narra en la Histoire de l’Hostie Miraculeuse (París, 1664), un tal Jonathas adquirió una hostia pascual por treinta sueldos (no se osaba decir treinta dinares), para cortarla, azotarla con vergajos y atravesarla:
Demonios, salid del infierno, mirad el calvario de Francia: Jesús, atravesado por una lanza, tiene dos heridas en el corazón.
El judío, sin arrepentirse,
ha muerto en el suplicio.
Roguemos por que tal sacrificio pueda convertirnos a todos.
Nadie nos diga, después de esto, que el racismo y la propaganda son fenómenos puramente contemporáneos…
AMDUSCIAS, demonio
ADRAMELECH, Demonio
ADRAMELECH Gran canciller de los infiernos.
Intendente del guardarropa del soberano de los demonios, presidente del alto consejo de los diablos; era adorado en Sépharvaim, ciudad de Asiria, en la que se quemaban niños sobre un altar; los rabinos dicen que se muestra bajo la figura de un mulo, y algunas veces bajo la de un pavo real.
PRUFLAS o BUSAS, demonio
Gaab o Tap, demonio
GAAB (llamado por otro nombre Tap) Gran presidente y gran príncipe de los infiernos.
Que se muestra al mediodía cuando toma la forma humana; manda a cuatro de los príncipales reyes del infierno, y es tan poderoso como Byleto. Tuvo en otro tiempo nigrománticos que le ofrecían libaciones y holocaustos, y le evocaban por medio de artificios mágicos que decían ser compuestos por el muy sabio rey Salomón; lo que es falso, porque fue Cam, hijo de Noé, el primero que invocó los malignos espíritus. Hízose servir por Byleto y compuso un arte en su nombre y un libro que es muy apreciado de los matemáticos. Conócese otro libro atribuido a los profetas Elías y Eliseo, por medio del cual se conjura a Gaab, en virtud de los santos nombres de Dios, encerrados en las clavículas de Salomón.
Si algún exorcista conoce el arte de Byleto, Gaab podrá sufrir la presencia del mencionado exorcista, si no emplea artificio o astucia. Gaab excita el amor y el odio, impera sobre todos los demonios sometidos a Amaymon; transporta con suma presteza a los hombres a las varias regiones que quieran recorrer y manda sesenta legiones.
Macho Cabrio
MACHO CABRIO El diablo se hace adorar en la reunión bajo la forma de un gran macho cabrío negro con ojos brillantes; frecuentemente toma también esta forma para tener sus entrevistas con los brujos, y el maestro de las reuniones no está demostrado de otro modo en muchos procedimientos, que con el nombre de macho cabrío negro o gran cabrón. El macho cabrío y el mango de escoba, son igualmente la acostumbrada cabalgadura de los brujos que salen por la chimenea para ir a sus reuniones nocturnas.
El macho cabrío entre los egipcios representaba al dios Pan, y varios demonógrafos dicen que Pan es el demonio de la reunión a causa de su lujuria. Entre los griegos se sacrificaba un macho cabrío a Baco, y otros demonómanos aseguran que el demonio de la reunión es el mismo Baco. Finalmente los machos cabríos de los judíos habitaban los bosques y lugares desiertos consagrados a los demonios, y éste será sin duda el motivo porque se coloca el macho cabrío tan honrosamente en la reunión de brujos.
El autor de los admirables secretos de Alberto el grande dice en el capítulo 3, del libro 2, que si se frota la cara con sangre de macho cabrío hervida con cerveza o vinagre, se tendrán inmediatamente visiones horribles y espantosas. Puédese procurar este mismo placer a los extranjeros a quienes se quiera turbar.
Los aldeanos dicen todavía que el diablo se muestra algunas veces en forma de macho cabrío a los que le hacen venir con el libro mágico; bajo esta misma forma se llevó a Guillermo el Rojo, rey de Inglaterra. En el siglo XVI una mujer parió en Bruselas un niño que el diablo transformó en macho cabrío, y Delrio aseguró que Lutero era hijo de una bruja y un macho cabrío, que no era otro que el diablo.
Ved ahí la aventura de un macho cabrío que debe colocarse aquí. Un viajero se acostó en el aposento de un mesón teniendo por vecinos, sin saberlo, un rebaño de cabras y cabrones, de los que sólo le separaba una empalizada de madera muy delgada abierta a trechos. Habíase acostado sin examinar su lecho y dormía pacíficamente cuando recibió la visita de un macho cabrío, su vecino, que se había aprovechado de una grande abertura para venirle a ver. Al ruido de sus pezuñas despertó el pasajero pensando tener un ladrón en el aposento. Entretanto el animal saltó sobre su cama y le hechó sus patas encima. El viajero, indeciso sobre si debía o no moverse en semejante ocasión, tomó el partido de apoderarse del pretendido ratero. Los pies del macho cabrío que estaba al borde de la cama, empujaron fuertemente al hombre, el cual se espantó considerablemente al sentir por sus mejillas el roce de una barba y unos cuernos… Persuadido de que tenía el diablo en su cama, se deslizó de su lecho temblando, y pasó en rogar a Dios lo restante de la noche. Amaneció por fin y la luz se hizo conocer a su pretendido demonio.
* Macho Cabrio demonio del aquelarre segun Eliphas Levi