SAKAR Genio infernal que según el Thai-mud se apoderó del trono de Salomón. Después de haber tomado a Sidonia y muerto al rey de esta ciudad, Salomón se elevó a su hija Terada que llegó a ser su favorita, y como continuamente deploraba la muerte de su padre, mandó al diablo que construyese su imagen para consolarla: pero esta estatua colocada en el aposento de la princesa llegó a ser el objeto de su culto y el de sus mujeres, así es que informado Salomón de esta idolatría por su visir Asat, rompió la estatua, castigó a su mujer y se retiró a un desierto donde se humilló delante de Dios, y sin embargo sus lágrimas y arrepentimiento no le salvaron de la pena que merecía por su falta. Este príncipe acostumbraba antes de entrar en el baño, entregar su anillo, del que dependía su corona a una de sus concubinas llamada Amina, y un día dirigióse Sakar a ella con las facciones del rey y recibiendo de sus manos el anillo, en fuerza de aquel talismán tomó posesión del trono, cambiando las leyes en ayuda siempre de la maldad, al propio tiempo que Salomón, cuyas facciones habían cambiado, desconocido a los ojos de sus vasallos, tuvo que andar errante pidiendo limosna. En fin después de cuarenta días, tiempo igual al en que se había adorado el ídolo en su palacio, fugóse el diablo y arrojó el anillo al mar, dándoselo a Salomón el pez, que se lo tragó al caer, quien lo encontró en sus entrañas. Recobrada la posesión de su reino, este monarca prendió a Sakar, le colgó una piedra al cuello y le precipitó en el lago de Tiberiada.