Demonios que se encuentran en los desiertos bajo la figura de una mujer con cabezas de dragones en los pies.
La lamia habita también en el cementerio, desentierra cadáveres y se los come, no dejando mas que los huesos.
Después de una gran guerra vieronse en Siria una infinidad de lamias, por muchas noches, que devoraban los cadáveres de los soldados sacados fuera de la tierra. quisieron perserguirlas y algunos jóvenes mataron muchas a tiros y al otro día se reconoció que aquellas LAMIAS eran hienas y lobos.
Encuentrese en Libia lamias muy veloces en el correr, para devorar mejor a los viajeros, les muestran sus gracias sin hablar porque su voz es un silbido de serpiente. Se supone que hay también de estos demonios en África, pero sea lo que quiera, es cierto, dice Leloyer, que existen de ellos, puesto que esta creencia era muy admitida entre los antiguos.
El filósofo Menipe fue amado de una lamia, pero lo avisaron que desconfiase y no le pudo atraer para devorarle. Semejanzas los hechiceras, añade Leloyer, estos demonios son muy golosos de chiquillos.
Los demonomanos no están conformes sobre las figuras de las lamias. Torquemada dice en su examen, que son mujeres con pies de caballo, otros las llaman lechuzas, por el grito y las golosinas, otros dicen ser una especie de sirena, y otros lo comparan a los golos de Arabia.
Se han dicho muchas extrañeza de estas singulares mujeres. Vierio habla mucho de estas monstruosas mujeres, en el libro tercero de su obra Los Prestigios, y también ha consagrado una obra particular sobre las Lamias.