MACHO CABRIO El diablo se hace adorar en la reunión bajo la forma de un gran macho cabrío negro con ojos brillantes; frecuentemente toma también esta forma para tener sus entrevistas con los brujos, y el maestro de las reuniones no está demostrado de otro modo en muchos procedimientos, que con el nombre de macho cabrío negro o gran cabrón. El macho cabrío y el mango de escoba, son igualmente la acostumbrada cabalgadura de los brujos que salen por la chimenea para ir a sus reuniones nocturnas.
El macho cabrío entre los egipcios representaba al dios Pan, y varios demonógrafos dicen que Pan es el demonio de la reunión a causa de su lujuria. Entre los griegos se sacrificaba un macho cabrío a Baco, y otros demonómanos aseguran que el demonio de la reunión es el mismo Baco. Finalmente los machos cabríos de los judíos habitaban los bosques y lugares desiertos consagrados a los demonios, y éste será sin duda el motivo porque se coloca el macho cabrío tan honrosamente en la reunión de brujos.
El autor de los admirables secretos de Alberto el grande dice en el capítulo 3, del libro 2, que si se frota la cara con sangre de macho cabrío hervida con cerveza o vinagre, se tendrán inmediatamente visiones horribles y espantosas. Puédese procurar este mismo placer a los extranjeros a quienes se quiera turbar.
Los aldeanos dicen todavía que el diablo se muestra algunas veces en forma de macho cabrío a los que le hacen venir con el libro mágico; bajo esta misma forma se llevó a Guillermo el Rojo, rey de Inglaterra. En el siglo XVI una mujer parió en Bruselas un niño que el diablo transformó en macho cabrío, y Delrio aseguró que Lutero era hijo de una bruja y un macho cabrío, que no era otro que el diablo.
Ved ahí la aventura de un macho cabrío que debe colocarse aquí. Un viajero se acostó en el aposento de un mesón teniendo por vecinos, sin saberlo, un rebaño de cabras y cabrones, de los que sólo le separaba una empalizada de madera muy delgada abierta a trechos. Habíase acostado sin examinar su lecho y dormía pacíficamente cuando recibió la visita de un macho cabrío, su vecino, que se había aprovechado de una grande abertura para venirle a ver. Al ruido de sus pezuñas despertó el pasajero pensando tener un ladrón en el aposento. Entretanto el animal saltó sobre su cama y le hechó sus patas encima. El viajero, indeciso sobre si debía o no moverse en semejante ocasión, tomó el partido de apoderarse del pretendido ratero. Los pies del macho cabrío que estaba al borde de la cama, empujaron fuertemente al hombre, el cual se espantó considerablemente al sentir por sus mejillas el roce de una barba y unos cuernos… Persuadido de que tenía el diablo en su cama, se deslizó de su lecho temblando, y pasó en rogar a Dios lo restante de la noche. Amaneció por fin y la luz se hizo conocer a su pretendido demonio.
* Macho Cabrio demonio del aquelarre segun Eliphas Levi