MONSTRUOSIDADES

AMBROISE PARE, Ejemplos de confusion o mezcla de semen

HAY monstruos que nacen con figura mitad de bestias y mitad humana, o totalmente semejantes a los animales, y son productos de los sodomitas y ateos que se aparean y alivian contra natura con las bestias, y de ahi nacen diversos monstruos repugnantes y muy horribles de ver y de comentar; sin embargo, lo vergonzoso reside en el hecho, y no en las palabras, y cuando se hace, es cosa mu desdichada y abominable, y un gran horror que el hombre y la mujer se mezclen y apareen con las bestias; por ello, algunos nacen medio hombres y medio animales. Lo mismo sucede si animales de distintas especies cohabitan unos con otros. debido a que la Naturaleza trata siempre de crear lo semejante a ella, como se ha visto a un cordero con cabeza de puerco, porque un cerdo habia cubierto a la oveja; y vemos que incluso de las cosas inanimadas, como de un grano de trigo, procede no la cebada, sino el trigo, y del hueso de albaricoque viene un albaricoquero, y no un manzano, porque la Naturaleza conserva siempre su genero y especie.
En el ano 1493, un niño fue concebido y engendrado de una mujer y un perro: a partir del ombligo, tenia la parte superior semejante a la forma y aspecto de su madre, y estaba bien formado, sin que Naturaleza hubiera omitido nada en el; y a partir del ombligo, tenia toda su parte inferior semejante tambien a la forma y aspecto del animal que era su padre, y este monstruo (como escribe Volateranus) fue enviado al Papa que reinaba en aquel tiempo. Cardan, en el libro 14, capitulo 64,de la Variedad de las cosas, lo menciona [Fig. 35].
                                                                                         fig. 35 Niño con medio cuerpo de perro
Coelius Rhodiginus, en sus antiguas Lecciones, dice que un pastor llamado, Cratain, en Cybare, sacio con una de sus cabras su deseo brutal, y el animal pario  algun tiempo despues un cabritillo que tenia cabeza humana y semejante al pastor; cesto de su cuerpo se parecia a la cabra.
En el año 1110, una celda pario, en un arrabal de Lieja, un cerdo que tenia cabeza y rostro de hombre, asi como las manos y los pies; el resto era como el de un puerco [Fig. 36].
                                                                                              Fig. 36. Puerco con cabeza, piesy manos de hombre.
En 1564, en Bruselas, en el domicilio del llamado Joest Dickpeert, que vivia en la calle Warmoesbroeck, una cerda pario seis cochinillos, de los que el primero era un monstruo con rostro humano, asi como brazos y manos; su aspecto era humano en general a partir de los hombros, y las dos piernas y el tren posterior de cerdo, con el sexo de una cerda; mamaba como los demas y vivio dos dias. Despues, fue muerto junto con la cerda, debido al horror que inspiraba al pueblo; aqui tienes su imagen, que ha sido representada de la manera mas natural posible [Fig. 37].
                                                                                         Fig. 37 monstruo medio hombre y medio puerco
En el ano 1571, en Amberes, la mujer de un oficial impresor, llamado Michel, que residia en casa de Jean Mollin, grabador que se anunciaba con un pie de oro en la Camerstrate, dio a luz el dia de Santo Tomas, hacia las diez de la mahana, a un monstruo que representaba la figura de un perro autentico, salvo que tenia el cuello muy corto, y la cabeza ni mas ni menos como la de un ave de corral, amen de carecer de pelo. Y no vivio, porque la susodicha mujer habia parido prematuramente; y a la hora misma del parto, lanzando un grito horrible —cosa espantosa—, la chimenea de la casa se derrumbo sin herir para nada a cuatro chiquillos que se encontraban en torno al fuego. Como es cosa reciente, me ha parecido oportuno reproducir su imagen [Fig. 38].
En 1254, cerca de Verona, una yegua pario un potrillo que tenia cabeza de hombre bien formada y el resto de caballo. Este monstruo tenia voz humana, a cuyo grito acudio un aldeano de la region, que, espantandose al ver un monstruo tan horrible, le dio muerte; a consecuencia de ello fue llevado ante la justicia e interrogado, tanto sobre el nacimiento de este monstruo como sobre la razon que le habia impulsado a matarlo. Dijo que el horror y espanto que habia experimentado le habian impelido a hacerlo, y, en consecuencia, fue absuelto.
Loys Celle escribe haber leido en un autor reconocido que una oveja concibio y pario un leon, cosa monstruosa en la Naturaleza.
El dia 13 de abril de 1573 nacio en un lugar llamado Chambenoist, arrabal de Sezanne, en casa de Jean Poulet, medidor de sal, un cordero que se consider© muerto hasta que no se le vio mo verse un poco; debajo de las orejas tenia una boca similar a la de una lamprea; su imagen es tal como la ves [Fig. 39].
                                                                                                           fig. 39 cordero monstruo
En este ano de 1577 nacio un cordero en la aldea llamada Blandy, a legua y media de Melun, con tres cabezas en una; la de en medio era mas voluminosa que
otras dos, y cuando una de ellas balaba, las otras hacian otro tanto. Maese Jean Bellanger, cirujano, que vive en la ciudad de Melun, afirma haberlo visto, y mando a ilustrar su imagen [Fig. 40], que fue pregonada y vendida por esta ciudad de Pariscon privilegio real, junto con otros dos monstruos: dos niñas gemelas y otro monstruo con rostro de rana, descrito mas arriba9.
                                                                                                     fig. 40 cordero de tres cabezas
Hay cosas divinas, ocultas y admirables en los monstruos, principalmente en los que se presentan totalmente opuestos al curso de Naturaleza, pues en estos fallan los principios de la filosofia, por lo que no puede emitirse juicio seguro al respectoAristoteles dice en sus Problemas que en la Naturaleza se originan
monstruos a causa de la mala disposition de la matriz y del curso de ciertas constelaciones. En tiempo de Alberto ocurrio que, en una granja, una vaca pario un ternero medio hombre; ante ello, los aldeanos, que recelaban del pastor, lo llevaron a juicio, con la intention de que fuese quemado junto con la vaca. Pero Alberto, que habia realizado diversos experimentos en astronomia, conocia —decia el— la verdad de los hechos, y dijo que esto habia ocurrido debido a una constelacion especial, de manera que el pastor fue puesto en libertad y absuelto de la imputation de crimen tan execrable. Tengo serias dudas sobre lo acertado del juicio del senor Alberto, porque Dios no esta sometido, ni obligado a seguir el orden que El mismo ha establecido en la Naturaleza, ni sujeto al movimiento de los astros y planetas.
Renuncio aqui a describir varios otros monstruos engendrados de este calibre, o a incluir sus retratos; son tan repugnantes y abominables, no solamente de ver, sino tambien de comentar, que no he querido aducirlos ni mandarlos ilustrar por ser tan detestables. Pues —como dice Boaistuau, despues de haber relatado varias historias sagradas y profanas, repletas todas ellas de graves castigos infligidos a los lujuriosos ¿que pueden esperar los ateos y sodomitas, que se unen con los animales contra la ley de Dios y de la Naturaleza, como ya he dicho anteriormente? A este respecto dice San Agustin que el castigo de los lujuriosos consiste en caer en la ceguera y en contraer la rabia despues de haber sido abandonados por Dios, y en no ver su ceguera, al no poder escuchar buenos consejos por haber provocado contra ellos la colera de Dios.
BIZARRO, MONSTRUOSIDADES, TORTURA

Dolor y Voluptuosidad, El masiquismo y las mutilaciones

El masoquismo se traduce en una búsqueda permanente de la esclavitud y la humillación. El individuo se somete al látigo, a las espuelas, al pisoteo de alguien más fuerte que él, en busca más de la brutalidad que de las caricias o los abrazos. En eso reside la aberración. Sacher Masoch, a quien debe el nombre, prefiere con mucho el brazo que blande el látigo a los senos o la grupa de su pareja. Sin embargo, como no carece de buen gusto, exige que ésta sea atractiva y capaz de excitar la pasión de otros hombres, a los que está en su perfeccto derecho de entregarse cuando le plazca. En ocasiones, el amante (o esposo) goza con la idea de ser engañado e intenta comprobar el hecho en la medida de lo posible. Sobre este punto la prensa publica anuncios significativos: pareja viciosa busca azotador, etcétera.

El secuestro, forma atenuada del suplicio del in pace, reviste un carácter masoquista, ya que a menudo se produce con el consentimiento de la víctima. A título de ejemplo, citemos el caso de Mélanie Bastian, secuestrada de Poitiers cuya historia fue tan bien descrita por André Gide, y que no es sino una reclusa voluntaria que se regodea en la suciedad de un tugurio al que denomina su «pequeña y querida cueva». Mística e infantil, acepta perfectamente su destino de esquizoide. En Los secuestrados de Altona, Frantz von Gerlach acepta también su suerte. Sus razones son muy diferentes, pero subsiste el mismo deseo de evadirse del mundo, de los remordimientos y de las responsabilidades que implica la vida normal. En la mayoría de los casos examinados, las secuestradas (hay predominio de mujeres) son anormales o alienadas a quienes su familia intenta ocultar a las miradas ajenas. Otras aceptan por amor la existencia sórdida que su marido o su amante les dispensa, hasta que un día las encuentran con el pubis rasurado y el cuerpo acribillado de equimosis, tal como le sucedió a Rose-Marie Focan, muerta a los veintiún años a consecuencia de los golpes recibidos. Así pues, víctima y verdugo son cómplices, y las torturas sexuales (quemaduras en los pechos, pinchazos, flagelación) que acompañan al secuestro son aceptadas de buen grado. La complicidad sadomasoquista incita a la víctima, siempre dispuesta al «sacrificio», a ocultar su estado de servidumbre en su entorno inmediato. Sin embargo, esta relación deja de funcionar cuando el verdugo se cansa de golpear o siente deseos de cambiar de pareja. A veces, la mujer tarda dieciocho años en reaccionar, como aquella dama de Danneval, de la que Sébastien Rouillard pidió el divorcio a finales del siglo XVI:
«… Al ver violados la fe conyugal y el pudor del lecho nupcial, su resentimiento fue mucho mayor de lo que había sido mientras permaneció sacrosanta e inmutable. Y lo fue tanto que ese desconsuelo incrementó por otra parte la indignación de su marido, hasta el extremo de que hubiera podido considerársela como prisionera en una habitación, junto con su hija, privadas ambas de todas las comodidades que ofrece la vida, despojadas de todos los atavíos que se concedían a otros, y desprovistas de cuanto les era necesario para su uso y disfrute… Y su marido, pervertido por las malas compañías, se entregó a infligirle un sinfín de excesos, ultrajes y contusiones en muchas partes del cuerpo, según testificaron los cirujanos.»

 

Las mutilaciones
Las mutilaciones y torturas destinadas a incrementar el goce son tan abundantes que su enumeración resultaría fatigosa. La circuncisión, la subincisión de la verga o la infibulación del prepucio son moneda corriente en los pueblos que temen la impotencia o un imaginario encogimiento del pene. Según sus creencias, los dioses del mal o los sortilegios pueden provocar en cualquier momento la castración o la desaparición mágica de los genitales. Antiguamente, los chinos utilizaban una balanza de boticario para evitar que el miembro se retrajese por completo, y los bahiraguis de la India se ataban al pene un enorme peso que arrastraban con ellos. Todavía se llevan a cabo numerosas prácticas de este tipo con la finalidad de provocar la excitación. Entre ellas cabe mencionar las incisiones, las escarificaciones y la introducción de agujas en la uretra y de cuerpos extraños en el ano. Sin olvidar los pinchazos en los testículos (que, a la larga, quedan más duros que un pergamino antiguo) y los cortes en el escroto a los que tan aficionados son los amantes de las armas blancas y los cuchillos.
Los individuos pervertidos por el ejemplo o la fantasía no se conforman con estas prácticas un tanto extrañas. Buscan la compañía de un ser muy diferente, aunque complementario, que pueda satisfacer sus aspiraciones masoquistas o sádicas. Por otra parte, llegado el caso ambas tendencias se imbrican y completan, tal como pone de manifiesto este pasaje extraído de las obras de Coelius Rhodiginus, en el que ya no se sabe si se busca la voluptuosidad en sí misma o una puesta en escena apropiada:
«No han transcurrido demasiados años desde la época en que existió un hombre de una lascivia que no sólo se aproximaba a la del gallo, sino que llegaba a un exceso tal que hubiera sido difícil de creer, a no ser por el testimonio de personas dignas de crédito. Cuantos más vergajazos recibía, más ardoroso se mostraba en la acción. Y lo más extraño es que no era posible decidir qué deseaba con mayor avidez, si el látigo o el coito, aunque siempre parecía que su placer aumentaba con los golpes. Así pues, rogaba con insistencia que le azotaran con un látigo que mantenía todo el día sumergido en vinagre. Y si el azotador lo trataba demasiado delicadamente, se enfurecía y le cubría de insultos, sin que considerase nunca que había recibido demasiado hasta que no manaba sangre.
»Fue, si no me equivoco, el único hombre que haya sufrido al mismo tiempo el pesar y el goce del placer, puesto que a través del dolor sentía cosquilleos agradables y, por este medio, saciaba o inflamaba la desazón de la carne. Pero lo más sorprendente es que no ignoraba la criminalidad de esta nueva especie de ejercicio, que se odiaba a sí mismo por ello y que lo combatía con todas sus fuerzas. Sin embargo, estaba tan acostumbrado a esta práctica que no podía prescindir de ella, aunque la desaprobara. La tenía tan arraigada en su corazón desde la infancia, cuando se abandonaba al placer de la carne con sus compañeros después de haberse excitado con los azotes, que le resultó imposible abandonarla nunca más» (citado por el abate Boileau, pp. 296-298).