MONSTRUOSIDADES

De Monstruos y Prodigios de Ambroise Pare (parte 1)

EJEMPLO DE LA EXCESIVA CANTIDAD DE SEMEN

HIPÓCRATES dice, sobre la generación de los monstruos, que si hay excesiva abundancia de materia, se producirán gran número de camadas o un hijo monstruoso que tendrá partes superfluas o inútiles, como dos cabezas, cuatro brazos, cuatro piernas, seis dedos en manos y pies u otros miembros; al contrario, si el semen es insuficiente en cantidad, fallará algún miembro, como en el caso de tener una sola mano, ausencia de brazos, pies o cabeza, u otra parte que falte. San Agustín dice que en su época nació en Oriente un niño que tenía el vientre arriba, todas las partes superiores dobles y las inferiores sencillas, pues tenía dos cabezas y cuatro ojos, dos pechos y cuatro manos, y el resto como otro hombre; vivió bastante tiempo.
Caelius Rhodiginus ha escrito, en el libro de sus Lecciones Antiguas, que vio en Italia dos monstruos, uno macho y otro hembra, de cuerpos bien hechos y proporcionados, salvo la duplicación de la cabeza; el varón murió pocos días después de nacer, y la hembra, cuyo retrato ves aquí, vivió veinticinco años, lo que no es natural en los monstruos, que ordinariamente apenas viven, ya que se disgustan y vuelven melancólicos al verse así convertidos en oprobio de todo el mundo, de modo que su vida es breve. Y hay que señalar aquí que Lycosthenes escribe algo extraordinario a propósito de este monstruo femenino, pues, salvo la duplicación de la cabeza, la Naturaleza nada había omitido en él: estas dos cabezas, dice, tenían el mismo deseo de beber, de comer y de dormir, y la voz semejante, como iguales eran todos sus sentimientos.
Esta joven iba de puerta en puerta a pedir limosna, y de buen grado la socorrían, por la novedad de un espectáculo tan extraño e insólito; sin embargo, fue expulsada a la larga del ducado de Baviera, ya que, decían, podía estropear el fruto de las mujeres encintas, debido a la aprensión y a las ideas que podrían anidar en su virtud imaginativa al contemplar criatura tan monstruosa.
En el año de gracia de 1475, fueron engendradas igualmente en Italia, en la ciudad de Verona, dos niñas unidas por los riñones, desde los hombros hasta las nalgas 3; y como sus padres eran pobres, las llevaban por diferentes ciudades de Italia para recoger dinero del pueblo, que estaba muy ansioso por ver este nuevo espectáculo de la Naturaleza.
En el año de 1530, se vio a un hombre, en esta ciudad de París, de cuyo vientre salía otro bien formado en todos sus miembros a excepción de la cabeza 4; aquel hombre tenía unos cuarenta años de edad aproximadamente, y llevaba así ese cuerpo entre sus brazos, resultando tan extraordinario, que las gentes se congregaban en multitud para verlo, y aquí tienes su imagen representada del natural.

En el Piamonte, en la ciudad de Chieri, que dista unas cinco leguas de Turín, una respetable dama dio a luz un monstruo el 17 de enero a las ocho de la noche, en este año de 1578. Siendo su rostro bien proporcionado en todas sus partes, se le ha considerado monstruoso por el resto de la cabeza, de la que salían cinco cuernos parecidos a los de un carnero, colocados unos contra otros en la parte alta de la frente, y por detrás un largo fragmento de carne que colgaba a lo largo de la espalda, a la manera de un caperuzón para señoritas. Tenía en torno al cuello una pieza de carne doble colocada a la manera de un cuello de camisa completamente liso, las puntas de los dedos semejantes a las garras de un ave de rapiña, y las rodillas en las corvas. Su pie y pierna derechos eran de un color rojo vivísimo. El resto del cuerpo era de un color gris ahumado. Dicen que, al nacer este monstruo, lanzó un grito penetrante, que espantó de tal modo a la comadrona y a todos los presentes, que el miedo que experimentaron les hizo abandonar la casa. Al ser comunicada la noticia a su alteza el príncipe de Piamonte, tuvo tal deseo de verlo que mandó en su busca, y en su presencia varias personas formularon juicios diversos al respecto; aquí tienes representado su aspecto, tomado del natural.

 

En el año 1546, en París, una mujer encinta de seis meses dio a luz un niño con dos cabezas, dos brazos y cuatro piernas, que abrí, y en el que sólo encontré un corazón, por lo que puede decirse que se trata de un único niño; está en mi casa, y lo conservo como algo monstruoso.
Aristóteles dice que un monstruo con dos cuerpos unidos, si resulta tener dos corazones, puede en verdad considerarse como dos hombres o mujeres; de otro modo, si resulta no tener más que un corazón con dos cuerpos, es solamente uno. La causa de este monstruo podía ser defecto de cantidad de materia, o vicio de la matriz excesivamente pequeña, ya que, al querer la Naturaleza crear dos niños y hallarla demasiado estrecha, se encuentra impotente, de manera que el semen, comprimido y apretado, viene a coagularse en una bola, de la que se formarán dos niños así unidos y pegados.
En el año 1569, una mujer de Tours dio a luz dos niños gemelos que tenían sólo una cabeza, y se abrazaban entre sí; me los dio vacíos y disecados maese René Ciret, maestro barbero y cirujano, cuya fama está lo bastante extendida en toda la región de Turena como para requerir otra alabanza por mi parte.

Aristóteles dice que un monstruo con dos cuerpos unidos, si resulta tener dos corazones, puede en verdad considerarse como dos hombres o mujeres; de otro modo, si resulta no tener más que un corazón con dos cuerpos, es solamente uno. La causa de este monstruo podía ser defecto de cantidad de materia, o vicio de la matriz excesivamente pequeña, ya que, al querer la Naturaleza crear dos niños y hallarla demasiado estrecha, se encuentra impotente, de manera que el semen, comprimido y apretado, viene a coagularse en una bola, de la que se formarán dos niños así unidos y pegados.
En el año 1569, una mujer de Tours dio a luz dos niños gemelos que tenían sólo una cabeza, y se abrazaban entre sí; me los dio vacíos y disecados maese René Ciret, maestro barbero y cirujano, cuya fama está lo bastante extendida en toda la región de Turena como para requerir otra alabanza por mi parte.

Sebastián Munster escribe que vio dos chicas en septiembre de 1495, cerca de Worms, en la aldea llamada Bristant [¿Bürstadt?], que tenían los cuerpos enteros y bien formados, pero cuyas frentes se mantenían unidas sin que pudieran separarse por intervención humana: casi se tocaban con la nariz. Vivieron hasta los diez años, y entonces murió una, que fue quitada y separada de la otra, y la que quedó con vida falleció al poco tiempo; cuando separaron a su hermana muerta de ella, de resultas de la herida que sufrió en la separación; y más arriba tienes representado su aspecto.

 

El 20 de julio del año 1570, en la calle de los Gravelliers de París, en la casa de la Cloche, nacieron estos dos niños así formados , identificados por los cirujanos como varón y hembra, y que fueron bautizados en Saint-Nicolas-desChamps con los nombres de Luis y Luisa. Su padre se llamaba Pierre Germain, apodado Petit-Dieu, peón de albañil de oficio, y su madre Matthée Pernelle.
El lunes 10 de julio de 1572, en la ciudad de Ponts-de-Cé, cerca de Angers, nacieron dos niñas que vivieron media hora y recibieron el bautismo; estaban bien formadas, salvo que la mano izquierda de una sólo tenía cuatro dedos; y estaban unidas por su parte anterior, es decir, desde el mentón hasta el ombligo, y no tenían sino un único ombligo y un solo corazón, y el hígado dividido en cuatro lóbulos .
Caelius Rhodiginus, en el tercer capítulo, libro 24, de sus Lecciones Antiguas, escribe que nació un monstruo en Ferrara, en Italia, el 19 de marzo del año de gracia de 1540; al ver la luz, era tan grande y bien formado como si hubiera tenido cuatro meses cumplidos, con sexo femenino y masculino y dos cabezas, una de varón y otra de hembra.

Jovianus Pontanus escribe que en 1529, el 9 de enero, se vio en Alemania un niño varón con cuatro brazos y cuatro piernas, cuyo retrato ves aquí.
El mismo año en que el gran rey Francisco firmó la paz con los suizos, nació en Alemania un monstruo con una cabeza en mitad del vientre; éste vivió hasta la edad adulta, y la cabeza tomaba alimento como la otra.

El último día de febrero de 1572, en la parroquia de Viabon, en el camino de París a Chartres, lugar de las pequeñas Bordas, una mujer llamada Cypriane Girande, esposa de Jacques Marchant, labrador, dio a luz este monstruo, que vivió hasta el domingo siguiente.

  

En el año 1572, al día siguiente de Pascua, en Metz de Lorena y en la posada del Santo Espíritu, una puerca parió un cerdo de ocho patas, cuatro orejas, con la cabeza de un perro auténtico, las partes traseras de los cuerpos separadas hasta el estómago, y a partir de ahí unidas, con dos lenguas situadas al través de la boca, y cuatro grandes colmillos a cada lado, tanto arriba como abajo; sus sexos se distinguían mal, de forma que no se podía saber si eran machos o hembras, y cada uno no tenía más que un conducto bajo la cola. Su aspecto te lo muestra este retrato, que me ha sido enviado hace poco por el señor Bourgeois, doctor en Medicina, hombre de gran saber y con buena experiencia, que reside en la mencionada ciudad de Metz

   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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